En
la partida de bautismo descrita en el Quinque Libri de La Rectoría de 1820,
pág.98, es descrito por el párroco José Baño que lo bautizó, como Francisco
José Almiñana y Rubio. Nacido en Sagra (Alicante), el 2 de enero de 1820 a las
diez de la noche, siendo bautizado el día siguiente 3 de enero.
Hijo de José Almiñana natural de
Sagra y de Esperanza Rubio natural de Jalón, sus abuelos fueron Pedro Almiñana
natural de Sagra y Lucia Esteve natural de Oliva, vecinos de Sagra, y sus
abuelos maternos Fernando Rubio y Esperanza Mestre, ambos naturales casados y
vecinos de Jalón.
Quinque
libri de Ràfol de Almunia 1810-1824 pág. 98
Según los
archivos parroquiales de Sagra, la familia de José Albiñana Rubio estaba
integrada por sus padres José Almiñana y Esperanza Rubio, sus hermanos Pedro
José Fernando; Esperanza Juana; Lucia María; Fco. Vicente; Mª Rosa y Joaquín
Salvador.
Nació en el
seno de una familia acomodada de clase media alta del pueblo, linaje familiar que
antepuso siempre la formación intelectual de sus componentes a la agrícola del
momento. Costumbre que permanecería con la descendencia gracias y en gran parte
por la influencia de los hermanos José y Salvador Albiñana, como fotógrafos en
Madrid, así como del entorno de la reina Isabel II y círculos de su Gobierno.
Al terminar los estudios primarios en su pueblo natal, José Albiñana se
percata de la imposibilidad de seguir estudiando en su zona de residencia las nuevas
e incipientes tendencias en el mundo de la fotografía que se estaba
estableciendo en Madrid y Barcelona, para tal fin, sobre el año 1845 se
desplaza a Madrid, una de las ciudades donde se estaba estableciendo la
novedosa e incipiente fotografía con el uso del daguerrotipo, procedimiento
fotográfico que había desarrollado y perfeccionado Louis Daguerre, a partir de
las unas experiencias previas e inéditas del químico y científico Joseph Nicéphore Niépce antes de 1826
dadas a conocer en París, en la Academia de
Ciencias de Francia.
El Daguerrotipo es una pieza
única, y en realidad un daguerrotipo es a la vez negativo y positivo, pudiendo
verse de una u otra forma según los ángulos de observación y de incidencia de
la luz que recibe.
Los vapores de mercurio del
revelado son muy perjudiciales para la salud, y las imágenes resultantes son
frágiles y no se deben tocar fuera de su estuche o caja de protección porque
se dañan irreversiblemente. Se deben conservar los estuches sin abrir, y
generalmente, la imagen original está invertida lateralmente como en un
espejo. El daguerrotipo, se distingue de otros procedimientos fotográficos
porque la imagen se forma sobre una superficie de plata pulida como un espejo.
Para economizar en las placas, normalmente eran de cobre plateado, ya que sólo
era necesario disponer de una cara plateada. La imagen revelada está formada
por partículas microscópicas de aleación de mercurio y plata, ya que el
revelado con vapores de mercurio produce amalgamas en la cara plateada de la
placa. Previamente esa misma placa era expuesta a vapores de yodo para que
fuera fotosensible.
En sus inicios, el daguerrotipo manifestaba numerosos
inconvenientes, pues los tiempos de exposición eran muy largos, por ejemplo unos 10
minutos de exposición con luz brillante, y debido a ello, en 1839 sólo se tomaban
vistas exteriores. Poco después, esos tiempos se fueron reduciendo progresivamente
mediante el uso de aceleradores químicos, por lo que a partir de 1841 los
retratos ya se podian realizarse en menos de un minuto. En 1851 Frederick Scott Archer inventó el colodión húmedo, que por las mejoras introducidas en los tiempos de exposición reemplazó casi inmediatamente a las demás
técnicas, ya que con el uso
del mencionado colodión húmedo se habla por primera vez de fotografía instantánea. Dicho
método revolucionó la fotografía facilitando la obtención de imágenes con
exposiciones de sólo unos pocos segundos, y además con la posibilidad de
obtener múltiples copias desde el negativo de cristal con la novedosa emulsión
del colodión húmedo.
En 1854 James Ambrose Cutting descubre y patenta en los Estados Unidos, la ambrotipia,
proceso fotográfico que crea una imagen positiva en una placa de cristal mediante el proceso del colodión húmedo, quien utilizó el colodión húmedo para
obtener una imagen positiva en lugar de un negativo. Pero a partir
de 1855 se impuso el procedimiento del negativo de vidrio
al colodión húmedo y la copia en papel a la albúmina. Estos
procesos serán durante todo el reinado Isabelino el preferido por la mayoría de
los fotógrafos, manteniéndose en auge hasta que en torno a 1880 comenzará el
uso de las placas secas de gelatino-bromuto, marcando otra nueva era del
progreso fotográfico.
José Albiñana fue pionero y uno de los primeros
fotógrafos españoles en
el uso del daguerrotipo en Madrid, gozando de gran prestigio
en el uso de la fotografía entre las personalidades de la monarquía. En 1845, establecido
José Albiñana ya en Madrid, inicialmente se instala en el nº 5 de la Plaza
Mayor y en 1849 traslada su estudio a su propio domicilio de la Calle de
Alcalá, nº 6 y 8.
Plaza Mayor de Madrid - 1860
Al iniciarse la fotografía, esta encontró inmediatamente innumerables
aplicaciones en todo el mundo, pero sin duda una de las aplicaciones más
destacadas fue la comercialización del retrato, que desde ese momento se convirtió en un elemento de enorme prestigio y diferenciación social. Y en España la Reina Isabel II
fue una de las pioneras en disfrutar plenamente de las ventajas que el nuevo
medio ofrecía. No obstante no será hasta la década de los cincuenta a los
sesenta, con el establecimiento de los primeros estudios fotográficos en las
buhardillas y pisos altos del centro de Madrid, cuando se inicia intensamente
la relación de la monarquía con dicho género fotográfico. Aunque por la prensa[2] y por el
expediente de su solicitud, sabemos que en 1850 se constata el primer
nombramiento de José Albiñana como fotógrafo retratista al daguerrotipo de
Palacio y de Cámara de la reina Isabel II, así como Caballero de la Orden de
Isabel la Católica.[3]
Las primeras fotografías al Daguerrotipo inmortalizadas por la cámara de
José Albiñana, se fechan a partir de que José Albiñana instalase su estudio
fotográfico. Sabemos que José Albiñana realizó numerosos retratos al
daguerrotipo tanto de la Reina, como del Rey consorte Francisco de Asís y de la
Reina madre Mª Cristina, pero el infortunio ha hecho que ninguno de ellos
llegara hasta nosotros. Pero aunque no se conserven muchas unidades de las
fotográficas de José Albiñana, la mayor parte que se han conservado, fue
gracias a la colección de Manuel Castellano, que posteriormente fue donada
a la Biblioteca Nacional. Otras imágenes fotográficas antiguas de Isabel
II conocidas, se encuentra una a la sal iluminada de José Albiñana, conservada
en una colección particular.
Isabel II y Consorte Francisco de Asís
La fotografía más antigua y significativa de José Albiñana que si se
conserva, es el daguerrotipo realizado de la fachada principal del Museo del
Prado de Madrid,[4] tomado en
perspectiva oblicua (Copia de Sección
Espejos con Memoria. Visita del Museo del Prado. 1851 - Conservado en el
Archivo General del Palacio Real de Madrid (Inventario 10197007), en el mismo
se muestra nítidamente tanto la firma del autor José Albiñana, así como la
fecha de 4 de octubre de 1851 festividad de San Francisco de Asís,
circunstancia esta que pudo aprovechar José Albiñana para obsequiársela al Rey
consorte Francisco de Asís María Fernando de Borbón y Borbón-Dos Sicilias.
Daguerrotipo de J. Albiñana: Vista del Museo del Prado
Fotografía actual del Museo del Prado
El Museo del Prado, con el fin de
documentar la historia arquitectónica y museológica del edificio de Juan de
Villanueva, ha ido adquiriendo en los últimos años un notable conjunto de imágenes
fotográficas. Los positivos fotográficos y las reproducciones fotomecánicas, en
su mayor parte postales, constituyen un elocuente material que permite estudiar
las transformaciones del edificio y de su entorno urbano, así como la
disposición de las colecciones y su estado de conservación.
No menos importante es la
información que suministran en cuanto a la difusión de la imagen del Museo del Prado en
España y en el extranjero, y que lo convierten en uno de los puntos de
referencia para el visitante, situándolo al nivel de los grandes monumentos
arquitectónicos de nuestro país. La importancia de estos materiales
fotográficos para el conocimiento del Prado se puso de manifiesto a través de
la exposición “El grafoscopio. Un siglo de miradas al Museo del Prado (1819-1920)”
en 2004, donde se expusieron la mayor parte de las imágenes de este periodo
conocidas. Esta fotografía recientemente adquirida, ausente de las colecciones
Españolas, es una de las primeras imágenes fotográficas del Museo del Prado,
realizada hacia 1862-1863, solo superada en antigüedad por el daguerrotipo de
Albiñana de 1851 (Palacio Real).
Para ampliar los estudios sobre
los últimos métodos fotográficos del momento, en 1853 José Albiñana viaja a
París y Londres. En 1855 viaja a París con motivo de celebrarse la Exposición
Universal de los productos de la Agricultura; la Industria y las Bellas Artes
de París, exponiendo en la misma del 15 de mayo al 15 de noviembre, dos de sus
más famosos retratos: uno de Isabel II y otro de la Reina madre María Cristina.
Entrada Exposición Palacio de Industria 1855
En 1857 José
Albiñana viaja a su pueblo natal de Sagra y se casa en la vecina población de Orba con Maria Teresa
Pastor Sirera, natural de Orba. El Presbítero de la Parroquia
madrileña de San Sebastián D. Matías Fernández Garcia, describe en el libro:
Algunos Personajes de su archivo, pág.134, con la siguiente descripción:
"José Albiñana Rubio soltero natural de la
villa de Sagra, vecino de Madrid, retratista de Cámara de Isabel II y Caballero
de la Orden de Isabel la Católica, hijo de D. José y de Dª Esperanza, contrajo
matrimonio el 30 de diciembre de 1857 con Dª Maria Teresa Pastor, soltera,
natural y vecina de la villa de Orba, hija de D. Bautista Pastor y de Dª Maria
Teresa Sirera, que se desposaron en la villa de Orba, Alicante, y se velaron en
esta parroquia de Madrid el 15 de febrero de 1858 (45 Matrimonio fol. 242). Fruto
de este matrimonio tuvieron un hijo llamado Rafael que falleció muy joven,
concretamente el 5 de diciembre de 1862 en el pueblo de Sagra (Alicante)"
Sobre los Albiñana, describen
publicaciones especializadas del momento, que en el estudio de José Albiñana
también trabajaba su hermano Salvador, el cual que ejercía como maestro daguerrotipista.
Los hermanos Albiñana integrados ya de lleno en la monarquía española, en 1858 tuvieron
la oportunidad de ser los primeros en fotografiar por primera vez al recién
nacido Rey Alfonso XII.
En el año 1859 ya
comercializaban unos retratos a dos
caras sobre cristal denominados ambotipos, empleando la técnica de
la copia a la albúmina para realizar sus fotografías, siendo de los primeros en hacer en Madrid las conocidas “cartas
de visita” creadas por el fotógrafo francés André Adolphe
Eugène Disdéri que consistían en un conjunto de retratos, normalmente
ocho, en diferentes poses. En el estudio, además colaboraba el pintor Gabriel Domínguez con
en el retoque de las típicas y novedosas “cartas de visita”. Y en su estudio de
la C/ Alcalá 6-8 realizaron retratos de las personas más ilustres del momento, como el
presidente del consejo de ministros; el ministro de Gobernación; el duque de
San Carlos; los duques de Medinaceli o el mismo Floras Calderón. Además
comercializaba los retratos a dos caras sobre cristal anteriormente descritos,
y realizaba retratos en fotografía que después pintaban los mejores
miniaturistas de Madrid como las de Gabriel Domínguez, Reigon, Muñoz, Mr. Perrin o
Ugalde, Baldomero Espartero y Enrique de Aguilera hacia 1863.
Pedro Gonzalez de Velasco] Facsímil del autógrafo..Natural de Valseca de Boones, provincia de Segovia..Busto ovalado. P. Hortigosa grab. J. Albiñana fot.º
Retrato de Baldomero Espartero, realizado por J. Albiñana
Pocas son las fotografías al
daguerrotipo de José Albiñana disponibles al público en general fuera de la
Biblioteca Nacional y del Museo del
Prado, no obstante podemos mostrar algunas de ellas como: El retrato de estudio
realizado por José Albiñana en 1863 de Enrique de Aguilera y Gamboa, joven de
18 ó 20 años de edad, de pie, apoyado con el brazo derecho sobre el respaldo de
un sillón torneado, mientras sujeta con la mano izquierda un bombín, fotografía
al daguerrotipo realizada sobre copia positiva obtenida por ennegrecimiento directo
de dos capas sobre soporte secundario, y otra realizada al 14 Tercio de la
Guardia Civil.
14 Tercio de la Guardia Civil, realizado por J. Albiñana
Enrique de Aguilera y Gamboa, realizado por J. Albiñana
Isabel II
En la década de 1860, con la
caída de O'Donnell en 1863 entramos en la última etapa del reinado de Isabel II
marcada claramente por la descomposición del sistema político y la
deslegitimación de la Corona y momento en que la figura de la reina vuelve a
ser contestada dentro y en el exterior de nuestras fronteras, será cuando los
fotógrafos más prestigiosos se dediquen a plasmar su singular fisonomía como
vehículo de propaganda política, con las primeras tomas de carácter privado de
Isabel II, y una amplia gama de posados en el marco del retrato oficial.
Posteriormente a 1868 la fotografía nos seguirá surtiendo para la mejor
contemplación de su transformación en el exilio y finalmente su digna
ancianidad en la que no se resistió a revestirse por última vez de todos sus
reales rangos, en otro tiempo en ella encarnados.
En la población de Sagra, José
Albiñana poseía dos casas, una situada en la calle de San Antonio, cerca de la
antigua Señoría y otra en la Plaza de la Iglesia (Actual Pza. del País
Valenciá), y desde el año 1852 había ido adquiriendo propiedades rústicas,
entre estas propiedades rusticas, en el término de Sagra tenía tierras a las
partidas del Mortit; en las huertas de la Fuente; en el Molí de Dalt, y en la
Bolata. En Tormos tenía tierras en la partida del Pinar; en Ráfol d´Almunia en
la partida del fondo del Riu. En Benimeli y en otros pueblos. Pero durante la
estancia de José Albiñana en Madrid, en Sagra quedó su hermano Vicente para encargarse
de la administración de los bienes que la familia tenia en Sagra y en los demás
pueblos de la Rectoría, al mismo tiempo, Vicente también actuaba como apoderado
en las cuestiones legales de su hermano José.
El 17 de febrero de 1867, Vicente
Albiñana Rubio fue nombrado alcalde, ejerciendo su cargo al frente del
consistorio municipal hasta el 3 de octubre de 1868, días después de que se
produjera el levantamiento revolucionario español, o también llamado la
Gloriosa Septembrina, la cual provocó el destronamiento de Isabel II y el
inicio del período denominado Sexenio Democrático. Juan Prim y Prats, el eterno
rebelde contra los gobiernos isabelinos, fue nombrado dirigente del gobierno en
1869 y el general Francisco Serrano y Domínguez
seria regente, y suya es la frase:
“Encontrar a un rey democrático en Europa es tan difícil como encontrar un ateo en el cielo”
Ya que en la Constitución de
1869, se establecía el marco jurídico legal en el que se iba a desenvolver el
nuevo régimen político español, se conservaba la monarquía como forma de
gobierno, por lo que las Cortes tuvieron que elegir un regente que asumiera la
jefatura del Estado mientras se buscaba un rey.
A finales de 1868, apareció en la
prensa de Madrid, una curiosa noticia en la cual se anunciaba que el fotógrafo
José Albiñana colocaba a la venta su estudio y todo el material fotográfico en
su poder, con la finalidad de desplazarse a su pueblo natal de Sagra
(Alicante). Posteriormente se realiza la almoneda de la casa y fotografías de
José Albiñana, entre las que había la de muchos famosos, y a finales de 1869 ya
se anunciaba el traspaso de su estudio fotográfico y venta de las propiedades,
que el fotógrafo poseía en la Calle de Alcalá 6-8.
En las altas esferas sociales de
Madrid se comentó que en la toma de esta decisión, podría haber influido
notablemente el destronamiento de la Reina Isabel II a raíz de la Revolución o
La Gloriosa, y la perdida de la confianza y relación con la monarquía. A esta
revolución de 1868 se llegó por el agotamiento y la impopularidad del
moderantismo -época en la que gobernaban los conocidos como moderados- y de la
monarquía de Isabel II, así como por la situación de crisis económica del
capitalismo español. Habiendo vendido todos sus bienes, enseres y desligado de
sus obligaciones profesionales en Madrid, volvió de nuevo en Sagra.
¿Cuáles serian las ligaduras políticas, profesionales y afectivas que tenía el fotógrafo de Sagra José Albiñana con la monarquía y el gobierno, para que tomase esta decisión?
Ya de nuevo en su pueblo natal de Sagra, José
Albiñana Rubio se dedicaría al negocio familiar de la agricultura al frente y
trabajando sus campos. El 17 de septiembre de 1869, del matrimonio de José
Albiñana y María Teresa Pastor, nacería su hija Josefa Luisa Albiñana Pastor,
según se describe en el Quinque Libri de Sagra de 1869. pág. 7, apunte nº 22.
Transcurridos los años, el 15 de
mayo de 1879 José Albiñana fallecería a las cuatro de la tarde sin realizar
testamento, según descripción de su cuñado Pascual Ballester y Mut de profesión
estanquero, del certificado de defunción nº 21 de 1879, y lo descrito en la pág. 320 del Quinque
Llibri de defunciones de Sagra, inscrita por el párroco Vicente Ferrer, Vicario
que ofició la misa de difuntos. José Albiñana fue enterrado en el cementerio
Parroquial de Sagra.
[1] Fontanella,
Lee. (1981). La historia de la Fotografía en España desde sus orígenes hasta
1900. Madrid: Ediciones El Viso. pp. 260,
[2] Diario La España, 15 de
septiembre de 1850: “El retratista de Cámara Don José de Albiñana, se ha
ocupado estos días de hacer una colección de retratos al daguerrotipo de su Majestad la Reina”
[3] AGP, Administración General,
Leg. 5286
[4] AGP, nº
10197007 - Estudios de Historia de España, XV (2013), pp. 217-254
Fuentes consultadas
.-
Archivos de la Biblioteca Nacional de España, y Prensa Digital.
.-
Archivos de la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica.
.-
Archivo Virtual del Museo del Prado.
- Libro de Defunciones. Registro Civil de
Sagra. 1870.
.- Archivos Parroquiales y Quinque Llibri de Sagra.