domingo, 29 de mayo de 2016

D. Joaquín Ballester Lloret, Mecenas, Cofundador de Fontilles y Alcalde de Gandia.


Joaquín Ballester Lloret.
(Tormos, 1865 – Gandia, 1951)

Es de destacar en la población de Tormos, la ilustre persona de D. Joaquín Ballester Lloret, hijo del abogado D. José Joaquín Ballester Mut y de Felipa Lloret Marco, que nació en Tormos un 14 de diciembre de 1865, siendo bautizado al día siguiente 15 de diciembre por el vicario D. Salvador Mut en la Iglesia de San Luis Beltrán. En los Quinque Llibri, Tomo 4, pág. 53, num. 23. se describe:

Texto literal del Quinque Libri de Bautismos:
"En el lugar de Tormos, anejo a Ráfol de Almunia, provincia de Alicante y Arzobispado de Valencia, a los 15 días del mes de diciembre del año de mil ochocientos sesenta y cinco; yo Don Salvador Mut, vicario de esta iglesia de San Luis Beltrán, bautice solemnemente a un niño que nació ayer a las siete horas de la mañana, hijo legitimo de Don Joaquín Ballester, natural de Tormos, y Doña Felipa Lloret, de Valencia, consortes y vecinos de Valencia. Abuelos paternos: Bartolomé Ballester, natural de Tormos, y Josefa Maria Mut de Sanet, consortes y vecinos de Tormos; maternos Don Felipe Lloret, natural de Gandia, y Maria de los Desamparados, de Valencia, consortes que fueron. Se le pusieron nombres Joaquín Luis Mariano, y fue padrino el abuelo materno, a quien provine el parentesco espiritual y obligaciones que por él contrae. Siendo testigos Don Severino Ballester y Vicente Ballester, naturales y vecinos de Tormos. Y para que conste, extendí y autorice la presente partida en el libro de Bautismos de dicho día, mes y año. Salvador Mut, presbítero"[i]

De muy joven se trasladó con su familia a la población de Gandia, donde cursó sus estudios básicos en el colegio de los Escolapios hasta los diez años, trasladándose posteriormente a Valencia en la que completó su formación básica y bachillerato en lo que hoy es el Instituto Luis Vives, posteriormente continuaría sus estudios universitarios hasta la obtención de la Licenciatura en Derecho.

Durante sus años de estudiante en la Universidad de Valencia, conoció al jesuita Antonio Vicent Dolz, padre del movimiento social cristiano con el que colaboró. De esta colaboración con el jesuita castellonense supuso el inicio de Joaquín Ballester con una dilatada trayectoria dentro del catolicismo social.

Describe D. José Luis Orella, Profesor agregado de Historia Contemporánea en la Universidad CEU San Pablo (España), que el catolicismo social agrario en España se desarrolló a iniciativa de sacerdotes y pioneros del catolicismo europeo, agrupando a pequeños agricultores y proporcionándoles una serie de servicios que impidió su proletarización. El éxito de su organización sirvió como posterior soporte a otras iniciativas asociativas como la prensa o la representatividad política. La importancia del catolicismo social en España impidió el éxito de un totalitarismo de signo fascista.
Joaquín Ballester Lloret, abogado y agricultor de la Marina Alta, fue un hombre de gran convicción católica, emprendedor, perseverante, bondadoso, benefactor e incansable luchador, que vivió con la ilusión de hacer el bien al prójimo. Fue una persona entrañable para los que convivieron con él en la primera mitad del pasado siglo XX de la vida valenciana, y en la actualidad, solamente  es recordado en determinados círculos muy concretos.

Al terminar sus estudios de derecho, Joaquín Ballester de nuevo volvió a Gandia, iniciando gran relación en proyectos vinculados al catolicismo social de las comarcas de Gandia  y de la Marina Alta de Denia, estableciéndose desde 1894 una gran relación y amistad con el Padre Carlos Ferris Vila natural de  Albal (Valencia), que durante su trayectoria en la población de Gandia, colaboró en la creación del Círculo Obrero Católico de Gandía, y en su comarca natal de la Marina Alta, junto a su compañero y amigo el Padre Carlos Ferris Vila, fueron los promotores de la construcción y fundación del Sanatorio de Fontilles.

                  P. Carlos Ferris Vila







En Gandía, el 23 de abril de 1900 junto a su entrañable amigo y compañero el Padre Carlos Ferris, intervino en la fundación de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Gandía, iniciando su actividad con un capital de 13.500.- pesetas.
Sobre 1903, Joaquín Ballester participó intensamente en la creación de sindicatos católicos y cooperativas para los trabajadores y agricultores que apenas ganaban para sobrevivir, creando a su vez en las mismas cooperativas unos depósitos de abonos, con la finalidad de que los labradores no tuvieran que hipotecar previamente sus cosechas para poder pagar los abonos, porque les aplicaban unas cargas e intereses excesivos, de lo cual en 1903 se constituiría el Gremio de Labradores y como buen labrador potenció el alumbramiento de pozos en las zonas agrícolas. Este mismo año es nombrado presidente de la cooperativa La Unión Católica Gandiense, animando a los labradores a comprar las tierras que trabajaban, por las que pagando el doble del arrendamiento, la propiedad de las tierras fuera de ellos 15 años después. En 1905 se formó la Unión Católica Gandiense, la Caja de Crédito Popular en 1905, y posteriormente en 1930 el Patronato de Acción Católica de la Sagrada Familia para Obreros, etc. 
A finales del año 1923, durante la dictadura del General Miguel Primo de Rivera, Joaquín Ballester fue nombrado primer teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Gandia, confiándole el cargo de concejal de Hacienda y Fiestas. Al integrarse como edil del Ayuntamiento, y encargarle la gestión de las finanzas, encontró en caja al inicio de su mandato 463.- pesetas y su máxima preocupación desde ese primer momento, fue el como eliminar la deuda municipal a corto plazo que imperaba en esos momentos.


Ayuntamiento de Gandía 1936




En 1924 por motivos de salud, dimite el alcalde de Gandia D. José Iranzo Rodríguez y en la sesión plenaria celebrada el 8 de julio del mismo año, es nombrado Alcalde D. Joaquín Ballester por 13 votos de los 16 posibles, encabezando la corporación municipal de Gandia hasta el 22 de febrero de 1926. Durante su corto periodo al frente del Ayuntamiento de Gandia, atacó la blasfemia y la subcultura, así como los proyectos de dudosa moralidad. Igualmente, una de las mayores preocupaciones del nuevo alcalde fue la de impulsar numerosos proyectos como la mejora del camino de Gandia al Grao con su ampliación y empedrado convirtiéndolo en una carretera, pues este camino soportaba un intenso tránsito de camiones cargados de naranjas, ya que en época de lluvias, se formaba en la misma un lodazal debido a que Gandia distribuía naranjas a toda España y también exportaba al extranjero por vía marítima. Con la finalidad de realizar dicho proyecto, el alcalde D. Joaquín, se desplazó a Madrid con la objeto de entrevistarse con el ministro de Obras Públicas, el ingeniero de caminos canales y puertos D. Rafael Benjumea y Burin, Conde de Guadalhorce y pedirle una mejora sobre la carretera antes mencionada. Pocas semanas después vio culminada su negociación, pues apareció publicado en el periódico la Gaceta, el anuncio del adoquinado o empedrado de la anteriormente mencionada carretera de Gandia al Grao.

Poco tiempo después, Joaquín Ballester de nuevo volvería a Madrid para pedir la mejora del ferrocarril de vía estrecha de Carcagente a Dénia por Gandia. Pues el ferrocarril había comenzado a funcionar en España durante el año 1864, como un tranvía con tracción animal, y tras un largo proceso en el que las concesiones del ferrocarril cambiaron sucesivas veces de empresarios, en 1884, se realizó la prolongación hasta Dénia, ya como un ferrocarril convencional de tracción a vapor con un ancho de vía de 1 metro. Pero viendo el alcalde las nuevas innovaciones que había alcanzado en 1925 el ferrocarril, aprovechó los viajes a la capital, para solicitar su actualización y cambio por el ferrocarril de vía ancha. Estuvo negociando este proyecto durante bastante tiempo de despacho en despacho para la mejora del mencionado tren, pero este proyecto no llegó a lograrlo. Este ferrocarril de vía ancha no llegó a Gandía hasta el año 1972. Pero la prolongación de vía estrecha de Gandia, Oliva, Molinell, Vergel, Palmar, Dénia, después de 90 años de funcionamiento, dejó de existir el 10 de febrero de 1974.



       Acuarela de la Fuente Paseo Germanías 


Paseo Germanías


D. Joaquín Ballester, proyectó nuevas aceras en la población, así como la realización de una gran fuente en el Paseo de Germanías. Realizó con un bajo presupuesto, un nuevo alumbrado público. Y su siguiente objetivo fue el alcantarillado, que se construiría mucho más tarde. En relación con la gestión del alumbrado, D. Joaquín tuvo una enorme alegría al recibir una carta del entonces Director General de la Administración, D. José Calvo Sotelo, en la que decía:

“Hay detalles como el del ahorro en el alumbrado eléctrico, que constituyen por si solos, el mayor elogio, así como el acto de rendir cuentas espontáneamente de las gestiones realizadas, revela de un lado, la legitima satisfacción de los administradores fieles al mandato recibido, y de otro,  al respeto debido al pueblo que rigen”.

En 1926 se complicó la situación política, y a primeros de año se presentó en el Ayuntamiento de Gandia un delegado de Gobernación, el cual el 22 de febrero de ese mismo año destituyó en bloque a toda la Corporación Municipal del Ayuntamiento, nombrando un nuevo equipo de gobierno más acorde con las ideas políticas del momento. Cesado D. Joaquín Ballester como Alcalde del Ayuntamiento, finalizando su trayectoria con la conciencia tranquila, ya que al inicio de su mandato encontró la caja prácticamente vacía y al ser destituido y después de realizar los proyectos anteriormente mencionados, entregó a su sucesor la no despreciable cantidad de 107.489.- pesetas, con 24 céntimos., ya que la gestión de Joaquín Ballester al frente del ayuntamiento, destacó por su integridad y entrega personal, así como persona de intachable lealtad e incansable negociador.
Liberado de sus cargos públicos al frente del Ayuntamiento, Joaquín Ballester, en el plano profesional se centró en Fontilles, en la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Gandia y sus sucursales, al servicio de los pobres y enfermos, defendiendo a los trabajadores de la usura de la burguesía que a duras apenas ganaban para sobrevivir y especialmente a los labradores, cuya vida y penuria conocía perfectamente debido a sus orígenes.
Joaquín Ballester en 1930, quiso instaurar en Gandia las escuelas del Ave Maria, recién fundadas en España por el sacerdote burgalés D. Andrés Manjón, que trabajaba con los pobres del Sacro Monte de Granada, para lo que se desplazó a Granada para reunirse con el padre Manjón. Pero no pudo realizar este proyecto.


Proceso Fundación de Fontilles

Joaquín Ballester Lloret, fue una persona que realizó numerosas facetas como las de mecenas, político, defensor de los obreros, activista social, agricultor, empresario, economista, mendicante voluntario, benefactor incansable, luchador contra la usura para favorecer el ahorro de los más necesitados y, sobre todo, fundador de Fontilles. Ya que la construcción del Sanatorio San Francisco de Borja de Fontilles, fue una iniciativa pionera en su tiempo, para dar respuesta a la enfermedad de la lepra que afectaba a muchas personas en nuestra tierra.


Vistas aéreas de Fontilles



El arranque de Fontilles hay que situarlo durante los días en que se celebraban los sermones y cultos en honor del Sagrado Corazón en el pueblo de Tormos, para cumplir una disposición testamentaria del mayorazgo José Joaquín Ballester Mut, disposición que su hijo Joaquín Ballester Lloret cumplía fielmente todos los años, y en el año de 1901, el encargado de predicar fue su entrañable amigo y compañero el Padre Carlos Ferris Vila. En la noche del 15 de diciembre, estando cenando en casa de Joaquín Ballester, mientras conversaban el padre Carlos Ferris escuchó unos sollozos y lamentos que provenían de la casa contigua que le conmocionaron, lamentos que Joaquín ya los había escuchado antes pero no hizo ningún comentario, pero el padre Carlos se estremeció y preguntó que era aquello, Ballester le contó que se trataba de un vecino enfermo de lepra de nombre Bautista Perelló, que vivía sólo y marginado en la casa de al lado. Bautista tenía desde hacía algunos días un poco de leña en la calle, y nadie tenía el valor de entrárselos en casa por miedo a contagiarse. Estaba muy imposibilitado, y vivía tan a solas, que él mismo tenía que lavarse la ropa, guisar la comida y muchas veces aguardar para beber o consumir agua, a que un viejecito del pueblo llenara el cántaro que a las veces el mismo Bautista dejaba arrimado junto a la puerta de su propia casa. La lepra había hecho tantos estragos en el cuerpo de Bautista, que hacía años que no se relacionaba con nadie, y que aquella era la suerte que corrían todos los que contraían la temible enfermedad



Casa  de D. Joaquín Ballester Lloret, 
Tormos primeros siglo XX


Según un informe realizado en 1879 por el modesto doctor Juan Bautista Poquet a propósito de la reproducción de la enfermedad  en la localidad de Parcent, describe que a su juicio, la llegada en 1850 de un vecino de Sagra (perteneciente al distrito de Pego) estaría en el origen de que la lepra se hubiese propagado en una gran parte de la población. Así como otro también referido a Pedreguer, había sido elaborado por el licenciado en Medicina y Cirugía Salvador Calatayud Cabrera, quien afirmaba tener identificados 74 casos de lepra en la citada localidad, en la que ya habrían muerto 57 leprosos desde 1810.
Este hecho hizo ambos tomaran conciencia de la necesidad de ponerse en movimiento para ayudar a los enfermos de lepra, y a partir de ese momento, observando el rechazo social que provocaban los leprosos, tomaron la firme determinación de buscar una solución al terrible problema de la lepra que asolaba las tierras levantinas. La primera tarea fue iniciar inmediatamente consultas con instituciones científicas, médicos entre los que se encontraba Jaime González Castellanos, el representante del Instituto Médico Valenciano, D. Mauro Guillén Comín, médico dermatólogo y leprólogo, quien fue el primer Director Médico de Fontilles, y políticos; creando un comité organizador, para localizar el espacio que reuniese las condiciones sanitarias señaladas por los médicos, con la finalidad de construir un sanatorio en dicha zona para paliar el dolor y la exclusión de los leprosos.
Lo primero que hicieron fue erigir una asociación o Patronato con todos los poderes para llevar a cabo dicha iniciativa. En enero de 1902 constituyeron la junta organizadora del Sanatorio Nacional de San Francisco de Borja para leprosos, y en los días 19 y 20 de noviembre de 1902 el arzobispo de Valencia y el Gobernador Civil de Alicante aprueban los estatutos del Sanatorio Nacional de San Francisco de Borja para leprosos.

En los 18 artículos y uno adicional de los Estatutos para el régimen y gobierno del Sanatorio de leprosos de San Francisco de Borja, se fijaba la personalidad jurídica de la institución; se apuntaba la posibilidad de crear uno o varios establecimientos para asistir a los enfermos de lepra; se atribuía al patronazgo la dirección y administración por medio de una Junta de Gobierno; se dejaba constancia de las tres fuentes de ingresos, es decir, las cuotas-donativos, las subvenciones de corporaciones públicas y las limosnas o legados de particulares; se determinaban las condiciones para ser patrono, el sistema de votación, los diferentes cargos de la Junta de Patronos, y las competencias exclusivas que se reservaba; se señalaba la composición y funciones de la Junta de Gobierno; se fijaba Gandia como sede de la institución; etc. En definitiva, con una estructura bien sencilla, los Estatutos diferenciaban claramente dos planos: el del Patronato, máximo órgano al que pertenecían aquellas entidades o bienhechores que hubiesen contribuido con un donativo de al menos 1.000 pesetas, y, en un segundo nivel, la Junta de Gobierno que, por delegación del Patronato, dirigía y administraba.

Con la finalidad de localizar el espacio adecuado visitaron numerosos emplazamientos, y después de visitar algunos lugares, en los primeros días de enero de 1903 siguiendo las indicaciones de un labrador de la comarca, se encaminaron hacia la partida de Fontilles ubicada entre los distritos de Murla y Laguar. En efecto, al amanecer del día 9 salieron de Beniarbeig el padre Carlos Ferrís, montado en un mulo, con el ingeniero Luis Santonja Faus, acompañados de unos mozos que llevaban los instrumentos necesarios para demarcar las lindes. De camino, recogieron en Tormos a Joaquín Ballester y prosiguieron la marcha por un terreno abrupto, con cuestas y pendientes, y tras cruzar el cauce casi seco del Girona y una última montaña, llegaron al sitio indicado. El propio jesuita dejó escritas, unas semanas después, sus primeras sensaciones:

“Descendimos al fondo y vadeamos el barranco de Fontilles, y a los pocos minutos  de escarpada subida pude contemplar en toda su hermosura  y extensión el emplazamiento  y ventajas de la ideada Colonia. Hallase la dicha partida en el término de Laguar, en el distrito de Pego y provincia de Alicante. Con dificultad podrá hallarse en toda España un lugar más a propósito para lo que se desea. Porque al Norte tiene la Plana del Castellet, que lo defiende del cierzo; al Sur dilátase el Tosal de Murla, que no impide las irradiaciones del Mediodía; hacia el ocaso se levanta la montaña  dels avencs o de las cuevas, sobresaliendo y destacándose como un gigante el peñón de Laguar. Pero lo más admirable y encantador  es el espectáculo que se ofrece a la parte de Levante”

Por lo que respecta a la ubicación del Sanatorio, después de un intenso año de búsqueda en las provincias de Alicante y Valencia, se eligió el termino Valle de Laguar, considerándolo como el lugar más apropiado, mas concretamente el Valle de Fontilles, situado a la entrada en una hondonada de unas 75 hectáreas del termino de Laguar, aproximadamente, junto al castillo de Azabras “Azaharas”. Aprobados los estatutos y determinado el emplazamiento, el proyecto entró en una nueva fase de labor propagandística, tan necesaria para la envergadura de lo que se pretendía realizar. Para ello, el entusiasta Jaime González Castellano aprovechaba un foro tan especializado como el XIV Congreso Internacional de Medicina, celebrado en Madrid a finales de abril de 1903, para presentar, en la Sección de Dermatología, una comunicación sobre la lepra y aludir al proyectado sanatorio de Fontilles. 

En primer lugar D. Joaquin Ballester y Dr. Jaime Gonzalez Castellanos, medico de Javea, y detrás el Dr. Mauro Guillén, el P. Ferris y el arquitecto D. Manuel Peris

El miércoles 22 de abril de 1903, tuvo lugar en la casa social de la Unión Católica Gandiense, la primera reunión constituyente del Patronato de Fontilles, con la elección de los directivos de la junta general y de la junta de gobierno, eligiéndose como director de esta junta al padre Carlos Ferris Vila, y los otros miembros eran de familias nobles y gente acaudalada, y a medianos 1903, la principal novedad fue el inicio de las obras de una carretera que debía unir el futuro sanatorio con la carretera de Tormos a Orba, enlace necesario, entre otras razones, para poder después facilitar el acceso y abastecimiento  del material para la construcción del sanatorio.

A finales de julio se había tomado nota de los propietarios afectados por el trazado para proceder a la compra de los terrenos, siendo Joaquín Ballester el que empezó a negociar la tasación económica acompañado de dos peritos tasadores: uno, de parte de la Junta de Gobierno, y otro, de los propietarios. El padre Leandro Calvo profesor de las Escuelas Pías de Gandia, hizo un plano de las curvas de nivel, de cinco en cinco metros, del emplazamiento, plano que abarcaba un área total de más de 730.000 m2. Todo parecía, pues, preparado para que la Junta de Gobierno, en su reunión de 22 de diciembre de 1903, autorizase a su presidente Juan Vallier y vicepresidente Joaquín Ballester, respectivamente para que comprasen y levantasen escritura de los terrenos necesarios. La construcción de la carretera de desde Fontilles a Tormos y Orba, se realizó bajo la dirección del ingeniero Luis Santonja Faus de Beniarbeig.

La construcción del mencionado Sanatorio de Fontilles, no estuvo exento de grandes problemas y dificultades, pues el doctor Pedro Ruano Llopis de Ondara, el abogado y periodista de Pego D. Camilo Pérez Pastor, así como un sector de vecinos de las poblaciones próximas, se oponían a su instalación, pregonando que la instalación de un sanatorio de este tipo en nuestra comarca, seria un foco infeccioso para los demás conciudadanos. Pero no sin arduas vicisitudes, el Sanatorio de San Francisco de Borja de Fontilles se instituyó. Para su dirección y administración, se constituyó un Patronato, bajo la autoridad de una Junta de Gobierno con domicilio social en Gandía, la cual se renovaba cada seis años. Inicialmente estuvo formada por los señores: Juan Valier; Ramón Rovira Alandis; Luis García Guijarro; Francisco Gómez, Conde de Pestagua; Carlos Gorbl de Orellana; Fernando Núfiez Robres y el padre Ferris, nombrando a Pedro Celestino Mengual para las funciones de la gestión diaria, y como Presidente de la Junta de Gobierno a D. Joaquín Ballester.

Aprobados los reglamentos de gestión y funcionamiento, en adelante, las juntas generales y de gobierno administraron todo el proceso fundacional, en el cual se dirigieron las obras, el destino de jesuitas, religiosas, admisión de funcionarios y enfermos, estableciendo los criterios de como relacionarse con los poderes públicos. Desde el principio se apreció el protagonismo del Patronato, como el titular del capital que se formó con las aportaciones de patronos, limosnas de numerosos bienhechores y numerosos legados, algunos muy sustanciosos, como la masía del doctor Manuel Zuriaga en Caudiel, el donativo de la Duquesa de Prim y la herencia de Joaquín Ballester Lloret.
En 1906 el patronato o junta del Sanatorio Nacional de San Francisco de Borja, es declarado Institución de Beneficencia Particular por la Real Orden de 12 de mayo de ese año. La necesidad de recaudar recursos económicos llevó a la inauguración, en junio de 1905, de la Caja de Ahorros de Pego.






Fontilles 1917


La inauguración del Sanatorio San Francisco de Borja es autorizada oficialmente por la Real Orden de 7 de septiembre de 1908. Autorizándose la inauguración oficial de sus funciones, para el 17 de enero de 1909, festividad de San Antonio Abad. En enero de 1909, ingresaron los nueve primeros enfermos en un sanatorio que contaba entonces con once pabellones. Pero hasta el año 1917, Fontilles no contó con personal médico especializado, ejerciendo durante este espacio de tiempo el médico titular de la Vall de Laguar o de las poblaciones vecinas, con un sueldo anual de 1000 pesetas al año, obligándose a realizar tres visitas semanales. En 1917, se contrataron los servicios del dermatólogo valenciano Mauro Guillén Comín, que llegó a ser director. También el doctor D. Tomás Mut Mengual médico de Sanet, estuvo desempeñando el cargo de subdirector médico de Fontilles, desde el 15 de febrero hasta el 31 de octubre de 1919.



Pabellón de Fontilles



    Patio Pabellón










Joaquín Ballester, del mismo modo se preocupó incansablemente del Sanatorio de Fontilles, con la implantación de innumerables servicios y bienes para el mismo. El sábado 18 de octubre de 1924, fallece de cáncer de estomago con 67 años de edad, su entrañable amigo el padre Carlos Ferris en la Residencia Noviciado de Gandia, siendo enterrado en el cementerio de Gandia. Años después, el miércoles 2 de abril de 1930, sus restos fueron exhumados y trasladados a Fontilles donde recibieron sepultura en la Iglesia. En el periódico ABC, en su edición de la mañana del 2 de abril, pág, 32 publicó:

“Valencia día 1, 3 tarde. Al día siguiente, a las 8 de la mañana, se organizará una comitiva para trasladar los restos por carretera al Sanatorio de Fontilles, deteniéndose en todos los pueblos del trayecto, con especialidad en Oliva, Vergel, Pego y Tormos.
Presidirá el señor arzobispo, y asistirán las diputaciones provinciales de Alicante y Valencia.
En el acto de la inhumación pronunciará un discurso D. Leopoldo Trenor, presidente de la Junta del Sanatorio, y varios leprosos leerán poesías....”


Joaquín Ballester y la Junta de Gobierno del Patronato, en noviembre de 1925, colocaron la primera piedra del monumento al cofundador de Fontilles el Padre Carlos Ferris, contando con la asistencia de varios alcaldes y personalidades de Gandia y Valencia. Este acto fue bendecido por el Arzobispo de Valencia, doctor Melo. Este monumento concluiría en una estatua emplazada en la avenida principal de Fontilles en honor de la insigne persona del Padre Ferris.“periódico ABC, edición de la mañana del 25 de noviembre de 1925, pág, 24”. 
La dirección de la institución fue ejercida por Joaquín Ballester, y hasta el decreto de disolución de la Compañía de Jesús, los jesuitas ejercieron la dirección espiritual. De la atención a los enfermos se encargaban las monjas franciscanas de la Inmaculada. Hermanas  Franciscanas, que en los años sesenta formaban ya una comunidad de unas 25 religiosas, experimentaron una situación parecida en los últimos años, ante la disminución de vocaciones y el aumento del personal seglar. La historiadora Purificación Simón Perla nos ha contado la sencilla historia de estas Hermanas que, con su trabajo callado y cercanía cariñosa, han sido el alma femenina de Fontilles.
Desde el padre Carlos Ferris hasta el padre Antonio Guillén, han sido muchos los jesuitas que en diversos cargos, han ofrecido lo mejor de sí mismos al servicio de los enfermos de Fontilles, que representaron la colaboración de la Compañía en una obra a la que sirvió con fidelidad y entusiasmo como cosa propia, aunque no era suya. Cuando llegue el día en que los cambios inexorables aconsejen su retirada, la Compañía podrá hacerlo con la satisfacción del deber cumplido.

Debido a unas fugas de enfermos del Sanatorio que fueron publicadas el 3 de agosto de 1922 por el periódico El Luchador, la Junta de Gobierno en el año 1923, acordó la construcción de una muralla que rodeara el sanatorio con la finalidad de evitar en lo posible dichas evasiones. Esta muralla tiene unas medidas aproximadas de tres metros de altura y 3.513 metros de longitud, y su edificación finalizó aproximadamente sobre el año 1931.

Con referencia a la lepra y el Sanatorio de Fontilles, a primeros de junio de 1928, el Profesor de dermatología José Sánchez Covisa, leyó en su discurso de ingreso en la Real Academia de Medicina con el titulo de: El problema social de la lepra en España. Y con la llegada de la República en el año 1931, a secuelas de las constantes críticas del insigne Profesor José Sánchez Covisa, ya diputado de Cuenca por el Partido Radical Socialista, las relaciones entre el Sanatorio de Fontilles y la Administración Sanitaria estatal, empezaron a deteriorarse.
El periódico ABC, en su edición de la mañana del 25 de mayo, pág. 38 se publicó:

“Alicante 24, 9 noche. Ha visitado el Sanatorio de Fontilles el doctor Sánchez Covisa, en visita de inspección, para comprobar la denuncia formulada por un enfermo sobre el régimen del establecimiento. La opinión del doctor es que hay que cambiar todo el personal que presta servicio, incluso el sacerdote. Se propondrá a la Dirección general el nombramiento de nuevos funcionarios”


Pabellón de Matrimonios 1932

En Fontilles, los enfermos consiguieron crearse su propia sociedad, podían trabajar, estudiar, muchos de ellos aprendieron a leer y escribir allí, disfrutaban de su tiempo libre en el cine o montaban sus propias obras de teatro, incluso tenían su propia orquesta, dirigida por D. Juan Fayos, el practicante que también vivía allí en Fontilles. Con el tiempo surgieron los primeros noviazgos entre enfermos y muchos de ellos acabaron en boda celebrada en la propia Iglesia del Valle. Para ellos se habilitó un edificio denominado “Pabellón de matrimonios”, donde tenían sus propios apartamentos independientes para disfrutar de su vida en común. Muchos de los enfermos, una vez sanados, no han querido abandonar Fontilles y allí continúan sus vidas.

El 23 de enero de 1932, el Gobierno de la República dictó un Decreto, que en virtud del mismo quedaba disuelta en España la Compañía de Jesús, y a pesar de que jurídicamente, los Jesuitas no tenían ninguna responsabilidad en el Gobierno del Sanatorio de Fontilles, tuvieron que salir del mismo. En esas fechas, debido a las críticas y continuas denuncias vertidas sobre el Sanatorio, el 23 de junio, siendo presidente de la República D. Niceto Alcalá-Zamora y Torres y ministro de la Gobernación D. Santiago Casares Quiroga, Fontilles pasó a depender del Estado a través de un Decreto Ministerial, durante el periodo de la Segunda República,[ii] bajo la consideración de Institución Sanitaria de carácter público y nacional, dependiendo de la Dirección General de Sanidad.

Al asumir el Estado el mantenimiento de Fontilles, las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada que estaban al frente del cuidado e higiene corporal de los enfermos, el 24 de junio tuvieron que abandonar la institución. Pasando la Institución a denominarse Sanatorio Leprosería Nacional de Fontilles, bajo la consideración de Institución Sanitaria de carácter público y nacional, dependiendo de la Dirección General de Sanidad. Y al asumir también el Estado el sostenimiento financiero y material de la institución con cargo a los Presupuestos Generales, se confiscaron todos los bienes y valores existentes de la Institución, produciéndose el cese inmediato de la Junta del Patronato, nombrando como director del Sanatorio a Pablo Montañé.

Pasados los años de la República, en un artículo publicado en la revista Fontilles en diciembre de 1942, se razona sobre las causas que motivaron la reprivatización de Fontilles a través del Decreto de 1932. En este artículo, se aseveraba que las pesadumbres de Fontilles, habían empezado cuando se inició la persecución sectaria y posterior disolución de la Compañía de Jesús en España, y al atravesar durante la República un proceso de secularización, no era de extrañar que Fontilles, lugar donde los Jesuitas habían desempeñado una labor trascendental, tuviera que resultar afectado. Todo este desorden, incautación, confusión, saqueos, destrucción de la vida de paz y sosiego cristiano, culminó con en el intento de profanación de la tumba del P. Ferris y la demolición de su estatua, que a raíz de dicho acto, se separó la cabeza del tronco de la estatua.
Durante la Segunda República, Joaquín Ballester fue uno de los mayores dirigentes provinciales de la Derecha Regional Valenciana y candidato a Cortes en las elecciones de 1933. Debido a estas circunstancias y a su relevancia dentro del catolicismo social en la derecha católica valenciana, en 1935, creyó que estos hechos entrañaban un peligro potencial para su integridad física temiendo por su vida, por lo que decidió exiliarse y marcharse con la familia y sirvientes a la vecina localidad de Vila Viçosa en Portugal por motivos personales ineludibles. Según se desprende en la redacción de un contrato privado de compraventa con Vicente Ballester Tur, extendido de su puño y letra, en el cual expone textualmente:[iii]

“teniendo que marchar a vivir al extranjero con la familia y sirvientes, vendo parte de mis propiedades, para mis atenciones en el extranjero”.

En Tormos a quince de diciembre de 1935.

Firmado: D. Joaquín Ballester Lloret, vecino de Gandia.


Durante la Guerra Civil Española, Joaquín Ballester Lloret, por su relevancia antes descrita se exilió, no  obstante, su hermana, la monja carmelita Margarita Ballester Lloret, se refugió en su casa natal de Tormos con otras tres monjas (Salvadora Gasset Muñoz, Rosalía Díez y Avelina León Gonzálezcarmelitas del convento de Dénia al que todas pertenecían, que al iniciarse el conflicto habían huido de su convento ante la violencia anticlerical, y dos hermanos escolapios, uno de ellos, Luis Ripoll Ginestar (1869-1956) natural de Tormos. La vida de la hermana de Joaquín Ballester y de las demás religiosas y religiosos fue salvaguardada por el alcalde de Tormos, José Perelló Torrens, frente a quienes querían acabar con sus vidas en octubre de 1936.


En 1939, al terminar la Guerra Civil, Joaquín Ballester regresa de nuevo a Gandía y se reincorpora a los cargos que tenía con anterioridad a julio de 1936 como presidente de la Junta de Gobierno de la Caja de Ahorros de Gandía y del sanatorio de Fontilles. En diciembre de 1948, D. Ramón Laporta Giron, Gobernador Civil de la provincia de Valencia lo condecora con la Gran Cruz de Beneficencia. Condecoración que se creó por Real Decreto de 17 de Mayo de 1856, para premiar a los individuos de ambos sexos que en tiempo de calamidades públicas prestasen servicios extraordinarios denominada “Orden de la Beneficencia”. El objeto establecido de la condecoración consistía en premiar a los particulares que en tiempo de calamidades públicas hubieran prestado servicios extraordinarios en las circunstancias anteriormente mencionadas.


Después de la incautación del Sanatorio durante la República, en el período comprendido entre 1939 y 1975 correspondió a la Dictadura del general Franco. Este fue un periodo político y social centrado en un poder personal, con restricciones de las libertades públicas (partido único), sindicales (nacionalsindicalismo) e individuales, con una política social basada en el socialcristianismo y en el nacionalismo económico inicial, formulado tanto por razones ideológicas como coyunturales, volvieron de nuevo asumir la administración del Sanatorio los Jesuitas y los cuidados e higiene corporal de los enfermos, las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada. Aunque en el año 2014, de nuevo tuvieron que abandonar el Sanatorio los Jesuitas y las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada.



Joaquín Ballester Lloret fallece el 1 de marzo de 1951 a los 85 años, siendo enterrado en Gandia, y al igual que lo acontecido con su amigo, el 28 de noviembre de 1952, sus restos fueron exhumados y trasladados a Fontilles, colocándolos junto a los del Padre Ferris fallecido en 1924, reposando ambos bajo la misma lapida a los pies del presbiterio de la Iglesia de Fontilles.
Nació rico en bienes materiales aunque vestía de madera modesta, se desplazaba siempre a pie, destacando por su sencillez y afabilidad. Y murió pobre de solemnidad, cuando falleció no tenía ninguna propiedad a su nombre ni ningún capital que dejar en herencia pues lo había dedicado íntegramente a la causa de Fontilles y a sus sirvientes. Pero fue escrupulosamente fiel a la letra del Evangelio de San Marcos (10). 


"Jesús lo miró con amor y le dijo: “Sólo te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme"



Hecho destacable y digno de reseñar, entre 1987 y 1995 durante el ejercicio como alcalde de Joaquín Riera Perelló, diera el nombre de Joaquín Ballester a la calle donde está situada la casa natal de Joaquín Ballester Lloret y colocase una placa conmemorativa en la fachada de la misma.

Joaquín Ballester Lloret, fue un hombre comprometido que se adelantó a su tiempo por su trabajo social y solidario, desde su posición de abogado, alcalde de Gandía y candidato a diputado en Cortes, defendió a los más necesitados, y con una enorme fe en la Providencia, dedicó grandes sumas de dinero de su peculio personal a la causa, llegando, incluso, a mendigar de puerta en puerta para conseguir recursos, superó enormes dificultades, rechazos, amotinamientos. Además, hasta el final de sus días, estuvo atendiendo a los más necesitados y a ellos dedicó también sus últimas obras con la construcción de casitas para obreros sin recursos en el Balneario de Benassal (Castellón) y el preventorio de Nuestra Señora del Amparo en Gandía. A partir de aquella experiencia y con una enorme fe en la Providencia, dedicó grandes sumas de dinero de su peculio personal a la causa, llegando, incluso, a mendigar de puerta en puerta para conseguir recursos, superó enormes dificultades, rechazos, amotinamientos. 
Desde la muerte de Joaquín Ballester Lloret hasta nuestros días, desde las filas del catolicismo se ha pedido su beatificación, este proceso que se inició el 20/04/2003, día en que el Arzobispado de Valencia monseñor Agustín García Gasco, anunció la apertura de la causa de canonización del que fuera alcalde de Gandía (Valencia) y cofundador del Sanatorio San Francisco de Borja de Fontilles (Alicante) D. Joaquín Ballester Lloret. El acto de apertura de la causa tuvo lugar, el 21 de junio en el Palacio del Santo Duque de Gandia, según indicaron fuentes de Fontilles y de la delegación diocesana para las Causas de los Santos. Joaquín Ballester, junto al padre Carlos Ferris, fundó la leprosería de Fontilles en 1902 en el término alicantino de Vall de Laguard, el único sanatorio de Europa que hoy sigue dedicado a la atención de leprosos.
En un edicto firmado por el arzobispo de Valencia, monseñor Agustín García Gasco, se nombra el tribunal diocesano que se encargará de instruir el proceso, presidido por el juez delegado José Bellvís Cerdá. Igualmente, el prelado da instrucciones para que «se proceda a la búsqueda de cuantos escritos sean o se atribuyan al siervo de Dios Joaquín Ballester, y a citar como testigos a todos aquellos que tengan alguna noticia que aportar». Joaquín Ballester (Tormos, Alicante, 1865- Gandia, 1951) era un «hombre comprometido que se adelantó a su tiempo por su trabajo social y solidario». Desde su posición de abogado, alcalde de Gandía y candidato a diputado en Cortes, «defendió a los más necesitados y afrontó, con el padre Carlos Ferris, el tabú de la lepra tras escuchar una noche el sollozo de un leproso cuando cenaban juntos en Tormos».


Edicto
SOBRE APERTURA DE PROCESO
DE VIDA, VIRTUDES Y FAMA DE SANTIDAD

AGUSTÍN GARCÍA-GASCO VICENTE,
POR LA GRACIA DE DIOS Y DE LA SANTA SEDE APOSTÓLICA,
ARZOBISPO METROPOLITANO DE VALENCIA

HACEMOS SABER:

            Que a instancia de la Dra. Silvia Mónica Correale, Postuladora en Diócesis legítimamente constituida, hemos ordenado la apertura del proceso sobre la vida, virtudes y fama de santidad del Siervo de Dios JOAQUÍN BALLESTER LLORET, laico, cofundador del sanatorio- leprosería de San Francisco de Borja de Fontilles.

            Oídos nuestros hermanos en el episcopado y hechas las oportunas investigaciones; convencido del fundamento sólido de la Causa y de que no existen obstáculos contra la misma, como consta por la comunicación de la Congregación para las Causas de los Santos, según el NIHIL OBSTAT de 11 de octubre de 2002 (Prot. N. 2512-1/ 02).

            Por las presentes:

            DECRETO

            La introducción de la Causa de canonización, super virtutibus, del Siervo de Dios JOAQUÍN BALLESTER LLORET, laico.

            Y para que se instruya la Causa conforme a la legislación vigente para las Causas de los Santos, hemos nombrado un Tribunal Diocesano, que estará constituido por el Rvdo. Dr. D. JOSÉ BELLVÍS CERDÁ, Juez Delegado; Rvdo. P. JUAN COSTA CATALÁ, S.J., Promotor de Justicia; M.I. Sr. D. RAMÓN FITA REVERT, Notarioactuario, y D.ª CRISTINA MONLEÓN FUERTES, Notaria adjunta.

            Mas, estando prescrito en la normativa de la Iglesia para las Causas de los Santos se proceda a la búsqueda de cuantos escritos sean o se atribuyan al Siervo de Dios, que se intenta beatificar, y a citar como testigos a todos aquellos que tengan alguna noticia que aportar.

            DISPONEMOS:

            PRIMERO.-Todos los fieles que posean algún escrito del Siervo de Dios, impreso o inédito, redactado de propia mano o mandado redactar a otro, lo entregue cuanto antes a dicho Tribunal; o, al menos, lo exhiban ante el mismo, para sacar copia auténtica.

            SEGUNDO.-El fiel que tenga noticias de la existencia de algún escrito, no entregado o exhibido, que esté en manos de particulares, en bibliotecas o archivos, dé cuenta de ello, de palabra o por carta, al mismo Tribunal.

            TERCERO.-Todos cuantos tuvieron relación o familiaridad con el Siervo de Dios o puedan aportar algo al proceso, tanto en favor como en contra, atribuido al Siervo de Dios, den noticia de ello al Tribunal instructor de la Causa.

            CUARTO.-Los fieles que cultivaron en vida del Siervo de Dios su amistad o trato, procuren manifestarlo al Tribunal, para que puedan ser citados como testigos.

            QUINTO.-Los que conozcan algún hecho particular, favorable o adverso a la fama de santidad, virtudes y milagros atribuidos al Siervo de Dios, remitan al Tribunal un breve relato del hecho, firmado y con las señas de su domicilio.

            SEXTO.-Las cartas llevarán la dirección: Rvdo. P. Juan Costa Catalá, Promotor de Justicia, Arzobispado, calle Avellanas, n.º 12, 1.º. 46003 VALENCIA.

            Mandamos finalmente que este Edicto se inserte en el «Boletín Oficial del Arzobispado» y se advierta que las disposiciones enumeradas sean cumplidas en el plazo más breve posible, a fin de no demorar inútilmente el resultado de la Causa.

            EXHORTAMOS a todos los fieles a que eleven preces y oraciones a Dios Nuestro Señor, para que se cumpla su santa voluntad en este asunto, que es de la máxima importancia por su gloria y para la de la Iglesia.

            Dado en Valencia, veintiocho de marzo de dos mil tres.

            † Agustín, Arzobispo de Valencia


            Jorge José Miró Miró
            Canciller-Secretario










[i] Cit. Partida de bautismo obtenida del Quinque Libri, Tomo 4, pág. 53, num. 23, .
[ii] ABC-02[1].07.1932-pagina 032 AÑO INCAUTACIÓN
[iii] Fuentes consultadas.
•      Revista Fontilles. Año 1932. Jesús Peraltas. p. 11; y 332-335.-  Revista Fontilles. 1999. José Terencio De Las Aguas, p. 59.
•      Joseph Bernabeu Mestre y T. Ballester Artigues. “Lepra y sociedad en la España de la primera mitad del siglo XX”. La Colonia    
•      Sanatorio de Fontilles y su proceso de intervención por la segunda República
•      Garrido Herrero, Samuel: El sindicalisme católic a La Safor. 1900-1936.
•      Cuidados y consuelos: Cien años de Fontilles (1909-2009)
•      Lull Carrió, José
•     Aguaits, Revista d'Investigació i Assaig, n.º 16,
•     Carlos Cardona Doménech: LA RECTORÍA-Breve Recopilación Histórica de la Rectoría del Marquesado de Denia, en el Reino de Valencia




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